viernes, 7 de junio de 2019

Epílogo

Buenas noches:

Es hora del corolario, de la reflexión, de los agradecimientos, de decir hasta la próxima.

Han sido unos días intensos, el fruto de meses de preparación, de semanas de estrés y de días previos de nerviosismo llenos de ¿y si...?

Empecemos por ahí... los ¿y si...? son la suma de situaciones que pueden salir mal y que nos preocupan a todos/as. No se pueden eliminar todos, pero si reducir, controlar y prever prácticamente todos (salvo ataque alienígena o apocalipsis zombie). Nosotras/os hemos trabajado para reducirlos al máximo: contratando a la mejor empresa de servicios de ocio de Madrid y posiblemente del planeta; preparando a conciencia el viaje, a través de reuniones, programaciones y revisando todo una y otra vez; estableciendo unas normas, que por muy exigentes que pudieran ser, hacen que el resultado sea más previsible. En definitiva, los ¿y si...? se convierten en "nada que preocuparse" gracias a una buena planificación previa y un trabajo de control durante la actividad.

Solo de esta manera, podemos asegurar a las familias, desde siempre (viaje de nieve, fin de curso o cuantas cosas os motivamos desde el área de Educación Física), que las experiencias que van a vivir serán únicas y enriquecedoras.

Pero nada de esto llega a buen puerto si no se dan otras condiciones y ahí es donde quiero llegar:

  • El grupo humano al que va dirigida la actividad: por mucho que tratemos todas las contingencias, hasta que no estamos en el viaje y se establecen las relaciones interpersonales y la falta del control familiar por la distancia se hace patente, no podemos comprobar que todo va a ir bien. En este sentido, todos/as y cada uno/a de los participantes en la actividad de fin de curso, han demostrado ser unas personas que merecen nuestra confianza, respeto y orgullo. Porque han participado de todas y cada una de las actividades, independientemente de sus habilidades motrices. Han cooperado con sus compañeros/as sin importarles quiénes eran o si eran más o menos afines a ellos/as mismos/as. Han respetado a los adultos al cargo sin preguntar y mostrando una educación de la que tanto se adolece en la sociedad actual. No podemos más que quitarnos el sombrero ante su comportamiento en estos días.

  • Las familias: lo difícil no es hacer aquello que no se teme, lo valiente es confiar para que lo más preciado que tenemos en la vida, quede en manos de otras personas. GRACIAS por confiar en mi. GRACIAS por arriesgaros por vuestros/as hijos/as, GRACIAS por la valentía que supone participar en esta actividad. Habéis demostrado que el límite somos los adultos y que gracias a que les habéis permitido saltar, han conseguido volar. Serán unas grandes personas, pero lo serán por vuestras valientes decisiones. Al confiar en ellos/as, al respetarles como personas, habéis hecho más por ellos que nunca. Ellos/as no lo saben aún, pero gracias a este tipo de actividades, su autoestima ha sido reforzada, su confianza aumentada, su sentido de la responsabilidad recompensado. En definitiva, serán mejores personas con una salud personal envidiable.
Quizás no es el tono de entrada de blog que estabais esperando, pero hoy no es momento de humor, el humor libera tensiones, ahora no tenéis tensión alguna, el nido vuelve a estar completo. Hoy es momento de reflexión y de agradecimientos.

Sed siempre sus motores, nunca sus frenos.

Gracias por permitirme llevar a cabo esta maravillosa experiencia.

Y ahora si me lo permitís, toca descansar.

Arenosos y familiares abrazos.

Raquel


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